Técnica escultórica que nos ofrece cualidades de la pintura o el dibujo como: la perspectiva, la profundidad y el ambiente. Podemos representar al personaje o a un grupo en su entorno, algo ideal para composiciones complejas en las que el espacio donde se desarrolla la acción tiene relevancia. En los retratos la psicología del retratado adquiere total protagonismo.